A la fuga

Era por la tarde, y una chica pelirroja entro como un huracan en el invernadero. Este había sido el primer día de clase de Florence, y no le había gustado nada. para empezar, todos los profesores le habían reprochado por su mal nivel académico. Luego el uniforme, una mini-minifalda. Y tercero, había vuelto a pegarsela por las escaleras, aunque esta vez, no le había visto nadie. O eso pensaba.

Enseguida, aquel lugar le llamó la atención. No era lo que andaba buscando, lo que quería era ir a su habitación, pero ese lugar también le gustaba. Tenía un ambiente cálido aunque pegajoso. Obvio, porque era un invernadero. Fue paseando entre las plantas, con cara de cansancio. Si todos los días iban a ser como ese, iba arreglada.

Se quedó ensimismada mirando los rosales. No era ni muy dada a cursilerías, ni a los detalles romanticos, pero adoraba las rosas. Le hubiera gustado ver rosas negras alguna vez. O que alguien le regalase un ramo de flores. Una vez, un niño del grupo, uno más pequeño que ella, le había regalado una margarita. Sonrió al recordar el momento, y deseó que el chico estuviese bien.

Siguió paseando, entre lilas y agavanzos rosados. Todo era tan... enbrigador. Se sentó en el suelo, pegada al cristal, y dejó de sentir el peso de la maleta que llevaba a la espalda. Deberes. Soltó un suspiro. Bueno, podía hacerlos ahí mismo, así que sacó las libretas, y los libros, y se puso en faena. Mientras hacía un problema de mátematicas especialmente complicado, sacó una ENORME tableta de chocolate, y empezó a comersela.

"Dios mio, que bueno esta el chocolate" pensó. Mientras seguía haciendo el problema y pringaba a la libreta con sus dedos pegajosos de chocolate. "Mns, realmente delicioso" Antes de darse cuenta, se había comido la mitad dela tableta, y el problema seguía sin hacer. -Ojala se hiciesen tan fácil los problemas como se come el chocolate-

Un par de pasos se acercaron calmos y buscando al tornado de fuego, mismos que se enternecieron ante la escena que aprecia salida de un cuento de hadas, taparon con una de sus manos la sonrisa picara que le había arrebatado y con un poco de molestia se acerco y dijo como si de un chiste se tratara, y exagerando la forma en que su ceja izquierda se levantaba como reproche -Bueno Riot Ojou-sama lo seria, si no me hubiera abandonado y hecho todo su día por usted sola, incluso hubiera podido evitarle caer por la escalera... si sigue escapando de las reglas de esta academia y no me lleva con usted a todos lados... tendré que hacer algo al respecto, no le gustaría que le cargara todo el tiempo ¿cierto? riendo un poco de manera amable ...

Se acerco y comenzó a limpiar la cara de la pelirroja y también su libreta... para saber de que eran, los memorizo, conocía las respuestas y los atajos para hacerla de manera fácil, pero sabia que no debía evitar que ella aprendiera sino motivarla así que dijo... mmm quizá podamos resolver esta tarea juntos... ¿eso le gustaría Ojou-sama? saco de su bolsillo de manera sobrada, un chocolate de procedencia lejana y muy enorme , tanto que era absurdo que lo llevara con el mismo, -si me deja ayudarla este chocolate será suyo, pero por favor no lo considere como trama, digamos que es un premio por su dedicación al estudio jeje-

Por último Pioter quiso abordar el tema de su mini-mini falda, el no era quien para juzgar a su querida Ojuo, pero no dejaba de repetirse que era muy joven para ese tipo de vestario y que los mirones no faltarían. Él tenia que encontrara la manera abordar ese tema, pero ¿como detener al fuego? ¿como decirle que no vuele al aguila?

La chica pegó un pequeño brinco en el suelo, y se preparó para "atacar", pero enseguida su expresión se relajó, al ver a Pioter.

El mayordomo, se puso junto a ella, reprochandole el hecho de haberle "evitado" todo el día. De repente se dió cuenta de que había andado todo el día sin butler por la academia. Puso cara de espanto, mientras pensabab en las consecuencias si la directora hubiera pillado,

-Tienes razón Pioter, creo que para la próxima te buscaré desde por la mañana...- El chico rió ligeramente, y por consecuencia, ella sonrió.

Pioter se acercó a la chica, y le limpio algu de ¿chocolate? si, tenía chocolate en la cara, y también en la libreta. Mientras se ponía roja, por partida doble (el desastre armado, y el hecho de parecer una niña chica), lamentó terriblemente el incidente, pues ahora los pocos problemas que había podido realizar estaban llenos de chocolate. Hablando de chocolate, el mayordoma se sacó de la chaqueta un ENORME tableta. Más grande incluso de la chica. "¿Cómo le cabe eso en la chaqueta?" Se preguntó la chica. Bueno, siempre habría misterios en la vida. -Si te dejo ayudarme... Va a ser que si, porque esto trabadísima en este problema, es horriblemente dificil, pero tu seguro que conoces las respuestas... ¿Verdad?- La chica agrandó sus ya de por si grandes ojos, y miró a Pioter, mientras le indicaba que se sentase a su lado -No te importara sentarte en el suelo, ¿verdad? Es que como en el invernadero se está tan bien...- Dijó Flo, a la vez que se hací un poco para el lado, para dejarle un poco más de espacio al Butler.

La pelirroja tiró hacia abajo de la falda del uniforme. Diablos, ¿porqué no podía ser más larga? O mejor, ¿porqué no le dejaban llevar pantalón? Debía admitir que era un uniforme prrecioso, pero... No era comodo. Incluso se había puesto bajo la falda un pequeños pantalones. Pero seguía haciendosele extraño. Para Florence, las faldas eran bonitas... si estaban expuestas en un maniqui, o las llevaba otra persona. Pero no eran para ella. Miró al Butler -¿Empezamos?-

Se sentó a su lado en un posición tranquila muy al estilo japonés, y casi susurrando para ella:

- ayudare a Riot Ojou-sama pero me niego a responder por ella sin embargo le mostrare como se hace-

Comenzó pues no con una cátedra, sino contando cuentos e historias que ilustraban un poco la resolución del problema en cuestión, pudo notar que ella es realmente inteligente, así que no había por que tratar de ser un maestro convencional, realmente estaba disfrutando mucho estar en compañía de su Ojou-sama quien le parecía simplemente adorable, por un momento una extraña visión engaño los sentidos de Pioter al estar tan cerca de ella y se sonrojo un poco, pero se concentro en seguir con sus relatos hasta terminar las tareas en un tiempo de concurso.

Entonces el miro a la llama de ojos claros de manera seria pero serena tratando de enter de la complejidad de su ser .

-Riot Ojou-sama es sumamente inteligente, ¿porque sus resultados escolares no lo demuestran?,¿qué puedo hacer para cambiar eso?- y dijo en un tono fuerte y solemne -Es mi única misión es servirle, daré mu vida por usted, cada gota de ella si tengo que sangrarla y no me importara lo haré siempre gustoso, por favor déjeme ayudarla- se acerco a ella esperando una respuesta el no se atrevería a romper esa barrera casi sagrada entre ambos, sin embargo se encontraba muy cerca de ella. -¿cómo puedo servirle si me guarda secretos? - señalo un rosal del invernadero y prosiguió

- La rosa es considerada una de las flores más bellas, pero puede vivir gracias a la relación intima que tienen con sus espinas que la protegen de los depredadores y evitan que pierda agua, si la rosa se quitara sus espinas no sería la flor que todos aman, no vuelva a alejarse de mí, por favor-

No era precisamente un reproche ni trataba de romper todos los secretos y mascaras de la joven de fuego, en verdad solo quería acercarse a ella, ser la vasija que guardara sus secretos y poder comprenderla mejor, después de todo él es el nuevo shitsuhi de Florence Riot Ojou-sama

El Butler se sentó a su lado, y comenzaron con la resolución de los problemas. La chica parecía liada al principio, pero enseguida se adaptó, y en poco, poquísimo tiempo, lograron terminarlos.

-Uah, creo que es la primera vez desde que tengo seis años que hago tan rápido los deberes- Dijo la chica con una sonrisa. Pioter era buen profesor ciertamente. Demasiado educado para un profesor quizá. Parecía ser realmente buena persona. -Bueno, supongo que no soy tonta ¿verdad? Pero nunca me han gustado los estudios. Quizá, si me aplicase más... Mi profesor nunca me cayó bien, y al principio simplemente quería desafiarle, pero al final acabé por odiar los estudios- La chica suspiró, mientras fruncía el ceño -Tampoco mi padre contribuía. Se dió cuenta de que me iban mal los estudios hace...¿Dos años? Sí, eso, dos años. Así que ya ves-

El chico habló de las rosas. Ciertamente era flores bonitas. Las espinas... ¿quizá era realmente la fuente de su belleza? La chica miró al Butler con cara de no comprender. Se ñevantó y se acercó a él, mientras el joven Mayordomo hablaba.

-¿Alejarme, Pioter? Lo siento, pero no te entiendo- La chica se quedó mirando fijamente a la rosa que él tenía entre las manos. Era bella, de color rojo oscuro. -Explicame que es a lo que te refieres, quiero entenderlo.- La pelirroja tocó los petalos de la rosa. Eran atercipelados. Siguió bajando por ellos, y llegó al tallo. Se le clavó una espina y retiró rapidamente la mano. Tenía una pequeña gotita de sangre. -Vaya, si es que ya se decia, las rosas, por muchas que no quieras, siempre te acaban pinchando.Dijo amargamente. [color=lime]-Creo que es una rosa de té. Me refiero, el tipo de rosa. Siempre me he preguntado si se llama así por qué sirve para hacer té.

El Joven de ojos rojos se acerco para ofrecer un pañuelo a su ama, era solo un pinchazo no había porque alarmarse. Mirando el gesto de la pelirroja se atrevió a cercarse un poco más y en un tono muy claro y decidido dijo:

-lamento si se ha lastimado mi Ojou-sama, pero creo eso me ayudara a explicarlo mejor. Sí alguien hubiera tratado de tocarle o hacerle daño, yo sería esa espina que estaría ahí para protegerla siempre-

Después haciendo mano de los guantes que portaba rompió una a una las espinas de la rosa y se la dio a la joven

-Y sí algo o alguien le presenta espinas yo seré sus guantes para hacerlas a un lado y ese es mi deseo, así que por favor no tema o se apene de pedirme algo-

Comprendiendo que tendría que encontrar una manera más sutil para acercarse a al historia de Riot -sama para poder ayudarla mejor .

Ya que Florence Ojou-sama ha terminado los deberes quizá quiera ir a otro lado, quizá de compras, recién ha llegado y quizá aun le falten cosas para sentirse mas cómoda en esta escuela, ¿le gustaría eso Ojou-sama?

Pioter se acercó a la chica, pañuelo en mano, y le limpió la gota de sangre. La chica se sintió extrañada, porqué no estaba acostumbrada a esa clase de atenciones, para ella, si tenías sangre, lametón, y anda pa'lante. Así pues, se vió enrojecer.

-Umns, tienes razón, ¿No? Supuestamente tu deber es ir conmigo y protegerme, es... tu deber...¿no?- La chica sintió una cosa extraña. ¿Rabia?¿Por qué? Venga ya, era su mayordomo, y además, no hacía mucho que lo conocía, tan solo un día. Y era obvio que él tenía que estar a su lado porque ese era su trabajo.

La pelirroja soltó un pequeño suspiro, y movió su pequeña cabezita para un lado, intentado evitar la mirada del Butler, que puso en su mano una espina de rosa. La miró fijamente, en parte porque no quería mirarlo a él y en parte porque realmente era curiosa. De un tono rojo oscuro en la punta afilada, y se iba volviendo de un tono verde oscuro en la base.

-Oh, vaya... ¿De verdad?- Florence puso cara de malvada. Tenía ganas de hacerle rabiar -En ese caso, ¿y si te digo que estes siempre siempre a mi lado?- La chica pasó los brazos alrededor de la cintura del butler. Sabía que eso le fastidiaría, era demasiado educado -Así no me podras separar jajaja- Dijo riendo, y dando vueltas sin soltarse del mayordomo.

contrariamente a lo que la chica esperaba el era un tranquilo día de verano. una inexplicable tranquilidad emanaba de el como si fuera la fuente de una plaza y si risa sutil y mesurada eran sin duda el cantar del agua. Se inclino un poco y se acerco a Florense-sama y hablando para ella suavemente, de manera apacible y calma dijo sin temor -si ese fuera el caso, yo sería muy feliz de estar ahí para Florence ojou-sama-

guardo su voz un momento sabiendo que no había dicho cualquier cosa, pero no perdió esa compostura que hacia que juntos parecieran una fotografía salida de un portada.

-Quiero que mi ojou-sama entienda algo de su shitsuji, para mi no existe mejor manera de prodigar amor que sirviendo con devoción, así que tómelo como es, no hago esto por que sea mi trabajo, es mi elección-

y acercándose mas a la roja y en este momento inmóvil llama roja, tomo su barbilla como estuviera hecha de la mas rara porcelana de una antigua dinastía china y le susurro muy suavemente

-he decidido amar a Florence ojou-sama, por eso tarde tanto en decidir escogerle, tenia que asegurarme que quería regalarle toda mi vida a usted-

se alejo a poco hasta poder ver sus ojos y serrando los suyos dejo caer su cabeza a un lado de manera casi inocente -claro me refiero al amor y devoción de un mayordomo, mi querida Florence ojou-sama-


pero no dijo más, el tenia muy presente su condición pero quería más que nada que ella entendiera que el hacia todo por su voluntad y gusto, no por que nadie lo obligara

La chica no se podía creer la respuesta que su mayordomo le había dado. Bueno, si que se la creía, de hecho, era la que esperaba, ya que si alguien podía responder así, ese era él. Así se espontáneo, capaz de fastidiarle las ganas de fastidiar a cualquiera. Y ese modo de hablarle, parecía tan sincero... ¿Lo sería? Bueno, al menos, era convincente. Además, le estaban entrando ganas de echarse a llorar. ¿Por qué? Menuda verguenza

Se estaba poniendo más roja a cada instante, y cuando el mayordomo se acercó a ella, lo hizo violentamente. Estaba muy cerca, y se estaba poniendo nerviosa. El Butler tomo su cara suavemente, forzando, aunque con una extraña suavidad, a la chica a mirarle a los ojos. Florence intentó escapar, y desvió la vista hacia abajo. No quería mirarlo.

El joven dejó la cara de Florence, y ella enseguida puso su vista en el suelo, y esperó a que el rompiese ese pequeño silencio que se había instalado. Y vaya si ayudo a romperlo, porque, tras tanta tensión, el comentario de él fue de lo más oportuno.

-¡Jajaja! Vaya... jajajaja- La chica se seco las lagrimas, mientras se agarraba la barriga. [color=lime]-Vaya, que dolor...jiji. Aish, menos mal.- La chica se recmpuso ligeramente, mientras sonreía. -Venga va, hagamos algo divertido, ya que hemos acabado con los deberes. Venga...-

La chica recogió sus cosas del suelo, y miró al Butler.

-¿Qué te parece si me enseñas la academía?-

-Claro mi Ojou sama para mi sería un placer guiarle en sus pasos, por favor sigame miremos los otros patios y jardines son de verdad muy hermoso encontrara que lejos de las habitaciones ombra, esta academia es en verdad esplendorosa.-

Pioter se sacudió las manos hizo una reverencia y comenzó a guiar a la joven pero siempre detrás de ella, y al mirarla por la espalda se sonrojo, un poco no por la corta falda ni por la belleza indómita de Florecne-sama sino porque recordo palabra a palabra lo que había dicho, quizá solo quizá había sido muy honesto... bueno pensándolo mejor había sido demasiado honesto, una habilidado defecto que imitaba de su hermano. si Florcence-sama no fuera tan joven, no tendría que ser tan cuidadoso con ella, pensó mientras mostraba las fuentes albas puricimas y altamente decoradas, alrededor de las cuales las Ojous tomaban el té en mesas de jardín de marmol y compartían sus experiencias y comparaban a sus mayordomos.

Sacudió su cabeza y se dijo a si mismo Florence Ojou-sama es perfecta tal cual es se detuvo un minuto y mirando a la joven dijo d epronto

-Florence Ojou-sama le agradezco infinitamente haberme elegido-

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